Cuando pierde, muchos no comen y lleguen malhumorados a la casa. Cuando gana, es todo lo contrario.  En el imaginario colectivo se cree que el Junior le cambia el estado de ánimo a los barranquilleros, nacidos o por adopción.

Basta con llegar a los sitios más concurridos, sea la tienda del barrio donde siempre está el grupo de fanáticos, sea la parada del a o en la fila para abordar el sistema de transporte masivo.  Cada quien cita de memoria las mejores jugadas del encuentro y como por arte de magia aparecen los frustrados técnicos.

Los buenos pases del impredecible Toloza, las buenas definiciones de Jorge Aguirre y Vladimir Hernández. Todo hace parte de la agenda del barranquillero raizal.

Boris Páez, presentador de deportes del noticiero de Telecaribe, Televista, piensa que “Junior volvió a ganar y el día amaneció más claro. Los aficionados rojioblancos están con la sonrisa pegada al rostro. Indudablemente todo es mejor. No importa si es lunes o martes, lo que importa es que Junior volvió a ganar y la ciudad tendrá tema para rato”.

Junior se une al Carnaval como uno de los amores de ‘La Arenosa’. El periodista deportivo del diario La Libertad, Juvenal Manjarrez Chávez, compara las experiencias. “La fascinación que le produce al barranquillero ver ganar a su equipo del alma es algo que sólo se puede comparar con el vertiginoso amanecer de un domingo de Carnaval”,

Este año se volvió costumbre ver a los seguidores de Junior hablar de las virtudes de su equipo que no solo gana y está en los sitios de privilegio, sino que enamora, galantea, seduce con el buen trato del balón como le gusta al buen juniorista.

Francisco Figueroa Turcios, editor deportivo del portal Lachachara.com piensa que  “Junior sin duda es un detonante que marca la parte emocional de los barranquilleros. Cuando gana Junior el ambiente es de alegría”.

Ahora se viene un reto importante: definir el paso a la final de la Copa Colombia con el envión anímico de estar segundo.

Rosember Anaya Ramírez, de El Heraldo, manifestó que “el ambiente en la ciudad es más agradable. Todos visten la camiseta rojiblanca y esperan ansiosos el próximo partido”.

Lo cierto es que el domingo, cuando juega Junior, la pinta obligada del barranquillero es la camiseta del equipo 'Tiburón', la cual vuelven a lavar y guardar para nuevas batallas del equipo.